Siempre junto a vos
El 7 de septiembre de 1996 el micro que trasladaba a Miriam Bianchi, conocida como Gilda, chocó y tanto ella como su hija, su madre y tres músicos fallecieron. 27 años después de aquel triste acontecimiento, la reina de la movida tropical es recordada en redes sociales, sus canciones siguen siendo aclamadas por la gente, hay películas que cuentan su vida e incluso tiene devotos que la consideran milagrosa.
Camino a Chajarí, Entre Rios, Gilda de solo 35 años y madre de dos hijos pasó de la popularidad a la inmortalidad. En el kilómetro 129 de las Ruta nacional 12 seguidores de la cantante armaron un santuario donde dejan fotos, cartas, flores, velas, rosarios en forma de agradecimiento.
Miriam Alejandra Bianchi nació el 11 de octubre de 1961 en Buenos Aires. La música le gustaba desde chiquita, pero se decidió por el Magisterio y trabajaba como maestra jardinera. Como soñaba con cantar, se presentó a una prueba porque había visto un aviso en el diario que buscaba “cantante para banda en formación”. Ella ya estaba casada con Raúl Cagnin y tenía a sus dos hijos, Mariel y Fabrizio.
Quien le tomó la prueba fue Juan Carlos “Toti” Giménez, quien la acompañó en su lanzamiento y terminó siendo su pareja luego de que Gilda se separe porque su marido no aceptaba su carrera musical.
No le fue fácil instalarse en los escenarios, el ambiente no abría paso a las mujeres, pero lo logró. Llenaba boliches y bailantas, su música comenzó a escucharse en países vecinos y en poco tiempo publicó cuatro discos: De corazón a corazón (1992), La única (1993), el exitoso Pasito a pasito… con Gilda (1994) y Corazón valiente (1995, disco de oro y doble platino).
Ese 7 de septiembre, mientras viajaban a dar un show, Gilda le dijo a «Toti» que descanse y que al día siguiente se tomarían unos mates. “Fue lo último que me dijo. Me dormí. Y cuando abrí los ojos, tenía un techo amarillo sobre mí y se escuchaban gritos”, recordó Giménez en 2016 y agregó: “Nunca pensé que ella pudiera morir, jamás se me cruzó por la cabeza. Murieron amigos, compañeros, éramos realmente una familia”.
Entre el público de Gilda hay aún hoy – 27 años después de su muerte – quienes creen que la cantante es milagrosa. Según se dice, el primero de sus milagros fue cuando estaba viva y tuvo lugar en San Salvador de Jujuy, donde una nena la miraba y no dejaba de llorar durante su show. Cuando terminó, su abuela la llevó a ver a la artista, que les dio un gran abrazo a ambas.
Fue entonces cuando Gilda se enteró de la historia que había detrás de las lágrimas: la abuela y su nieta le hacían escuchar su música a la madre de la nena, internada y con pronóstico de muerte que finalmente sobrevivió. Allí nació el mito.
Lo mismo ocurrió con una espectadora que le pidió ayuda porque su diabetes la estaba llevando a la muerte. Además, un hombre que estaba postrado y fue llevado a un recital, comenzó a caminar poco después.
Una devota y fanática de la cantante contó en entrevistas que la artista salvó a su hijo: “Juan Manuel tuvo un accidente como chofer de micro volviendo por la misma ruta donde murió Gilda. Salvó a más de 50 pasajeros y sólo él quedó atrapado. Esto ocurrió el 6 de septiembre de 2008 y la respuesta fue que al día siguiente, el 7 de septiembre, volvió a recobrar el movimiento y el calor de su pie. Los médicos lo tomaron como un milagro”.
Además, la idea de que Gilda tiene poder de sanación creció cuando su entorno encontró a última grabación de ella en un casete la misma noche en que ocurrió el siniestro vial que terminó con su vida, es una canción que se llama “Esta no es mi despedida” y su letra dice: «Quisiera no decir adiós, pero debo marcharme. No llores, por favor no llores, porque vas a matarme. No pienses que voy a dejarte, no es mi despedida. Una pausa en nuestra vida. Un silencio entre tú y yo.”
“No hay ninguna respuesta inválida respecto a la creencia. Para mi ella vino a ocupar un lugar de creencia muy necesario en un momento bastante complicado de la sociedad argentina, y muchas veces las creencias vienen a tapar huecos donde la realidad no alcanza”, señaló en Punto Medio (Radio 2) Alejandro Margulis, escritor, periodista y docente, autor del libro Santa Gilda: su vida, su muerte y sus milagros.
«Estoy convencido que la gente que cree mucho tiene chances de curarse si va a un sanador. Mi libro muchas personas lo tienen como si fueran objetos de devoción por la figura de Gilda, les da bienestar tenerlo, lo tienen marcado, compran primeras ediciones. Eso cura, claro que cura», sentenció el profesional que además se consideró escéptico.
Para quienes quieran conocer o recordar la vida y obra de la cantante de la movida tropical hay documentales y películas entre ellas:
-«Soy del pueblo: Gilda»: es una producción de Canal Encuentro e indaga en la historia de hombres y mujeres que, con su obra y estilo, lograron su lugar en el alma del pueblo y en la memoria colectiva del país. Entre ellos, se encuentra un capítulo especial dedicado a Gilda, en el que amigos, familiares y fanáticos nos acercan al recuerdo de una artista querida y respetada por el pueblo argentino. El documental se encuentra disponible en YouTube.
-«Devociones, especial Gilda»: un programa emitido durante el 2000, busca explicar el fenómeno que caracterizó a Gilda como sanadora y ángel atento de los pedidos de sus miles de fanáticos. En este especial, puede verse el testimonio ante el nicho que guarda los restos de la artista, de Eduardo Arrieta, integrante del club de fans Guardianes de Gilda. La producción está disponible en YouTube.
-«Gilda, no me arrepiento de este amor»: protagonizada por Natalia Oreiro, la biopic sobre la vida íntima y menos conocida de la cantante y compositora argentina de cumbia Miriam Alejandra Bianchi. La película muestra a la artista desde su etapa de niña junto a su padre hasta que decide comprometerse con su sueño y hacerlo realidad.
Fuente: Elonce