Caminos y sabores: quesos de cabras “relajadas”, té de gin tonic y alfajores de harina de nuez, las propuestas gastronómicas de la feria

En La Rural, abrió la muestra que reúne a más de 450 productores de 19 provincias; se extiende hasta el domingo.

Durante cuatro días, se podrá probar productos de 19 provincias
Durante cuatro días, se podrá probar productos de 19 provincias

Los aromas, las especias y las hierbas están presentes en el aire. La gastronomía es la gran protagonista en la apertura de Caminos y Sabores, la feria que reúne a cientos de emprendedores en La Rural con una propuesta variada de alimentos, bebidas y productos artesanales de todas las regiones del país.

Durante cuatro días se podrán recorrer los stands de los más de 450 emprendedores de 19 provincias para armar una picada miscelánea, un plato principal con los sabores registrados de cada región, tragos de autor y dulces surtidos. La feria conecta a los productores provinciales con los consumidores y cada año amplía y renueva su oferta con un colorido espectro de comidas y bebidas como canastas de surubí y árboles comestibles, té de gin tonic, escabeche patagónico de pavo blanco y quesos de cabras. Los productos pueden parecer exóticos pero todos tienen sello local.

Además de las opciones gastronómicas, hay clases de cocina abiertas al público a cargo de reconocidos cocineros. En su última edición, en 2019, la feria reunió a más de 100.000 visitantes y espera lograr otra gran convocatoria luego de la pausa por la pandemia. La muestra se extenderá hasta el domingo.

Para la picada

Al momento de armar una la picada se destacan los stands de Salta y Chubut con sus propuestas.

“Nuestras cabras antes de ser ordeñadas tienen una hora de relajamiento con música para que estén relajadas y no se tensionen al momento de dar la leche. Están muy instruidas en música clásica”, dice Esteban, de Cabras de Cafayate, un emprendimiento del sur de Salta. En una vitrina ofrece al público una variedad de quesos de cabra al natural, ahumados, con ají, provenzal, albahaca y orégano. “Son quesos sin gluten, suaves o semiduros por la particularidad del alimento que se les da a los animales. Se los alimenta con la pastura de la región de Salta y un alimento balanceado a base de uva. El balanceado es lo que le da el sabor característico a la leche”, agrega. El productor es un asiduo participante de la feria y cuenta que las cabras además de someterse a sesiones de musicoterapia con ópera y música clásica, realizan caminatas en las primera hora de la mañana antes del ordeñe para estar más relajadas.

El producto se consigue solo en Salta y en un punto de distribución en la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires. Esteban propone una picada agridulce y sumerge un trozo de queso en un tarro de miel del emprendimiento Reina Josefina. “El queso combina muy bien con esta miel que es multifloral y salteña. También se lo puede acompañar con miel de caña o dulce de cayote”, refiere.

En el stand de Chubut, Eduardo ofrece muestras del Escondite de los Duendes para una entrada o picada. Detrás de él, se apilan cerca de 300 frascos de conserva. En su interior tienen un escabeche a base de una mezcla especial de pavo blanco, cebolla, zanahoria y otros ingredientes patagónicos.

“Esto tiene la virtud de lo artesanal”, dice Eduardo. “Cada frasco se llena uno a uno de forma manual, con cada uno de sus ingredientes, el pavo, la combinación de cebolla y zanahoria, pimienta. Es todo hecho en casa. Son todos ingredientes patagónicos, especialmente de Chubut. Es una escabeche que tiene un equilibrio entre la acidez, que es el componente que lo conserva, y la carne que es magra con una alto nivel proteico, sobre todo este tipo de animal, que no tiene grasa”. A pesar de la conserva no es ácido y el sabor queda latente en la boca por un tiempo.

Carlos y Maby, los dueños originales, iniciaron el emprendimiento con un criadero de pavos en Chubut y les llevó un mes elaborar los 1200 frascos que llevaron para vender en la feria.

Plato principal

En un foodtruck, Franco prepara platos de Misiones. En cinco bandejas reparte canastas de surubí, chipa de almidón (hace énfasis en que en su provincia el nombre del plato no se acentúa en la última sílaba), masa negra o melaza de yacaratiá –un árbol comestible misionero–, vigilantes de rapadura de caña de azúcar y Mbejú a la pizza con verduras salteadas como plato principal.

“La chipa y el Mbejú fueron creados por los guaraníes de nuestra provincia hace cientos de años. Después se convirtieron en recetas familiares que siguieron una tradición de abuelos a padres a hijos. Hoy en día la fuimos modificando con distintos quesos, le cambiamos las formas, le agregamos manteca porque antes se le agregaba grasa. La idea de estar acá es que la gente vea de dónde salen estos productos, como la caña y la mandioca, que muchos consumen y no saben de dónde son”, señala.

Para tomar

De un viaje por Europa, Matías y Federico, dos amigos porteños importaron una idea para hacer complementos de coctelería y crear una línea de infusiones y té para gin tonic. “Trajimos la idea para acá, la argentinizamos y lo adaptamos a las propuestas porque no había mucho. Aprovechamos a subirnos a la ola del gin, que hace cinco años estaba empezando a nacer, había pocas destilerías nacionales. Pensamos que al igual que con las cervecerías el gin iba a ser un boom y, por suerte, sucedió”, dice Matías, creador de Fika Artebotánico.

A su lado el bartender César pone un saco con una infusión en una medida de gin y lo deja macerar un momento hasta que desprender un aroma floral. Después le pone a la bebida hielo y tónica. “Es un saco de té sin teína. Dentro hay distintas combinaciones de flores y especias, que las diseñamos nosotros para infusionar en frío directamente en el gin”, dice Matías. Su especialidad es el gin, pero se puede combinar con ron, vermut, whisky y vodka

“La primera infusión que creamos es la picante que tiene anís, jengibre y canela. Después hicimos una floral con flor de azahar, cáscara de naranja que es más dulce y suave, y ahora tenemos la herbal que tiene lavanda, pimienta rosa, romero y cáscara de pomelo”, indica.

Postre

La gran producción de nueces del pueblo de Nonogasta, en La Rioja, fue el disparador de Analía para emprender con productos dulces derivados de esa materia prima. ”Hacemos alfajores de harina de nuez, bocaditos y galletas. Todos con harina de nueces de La Rioja. Como la nuez es la materia con más dimensiones en nuestro pueblo, decidimos con mi socia explorar primero con esa harina y después armar algo más elaborado que son los alfajores. Es la primera vez que venimos a la feria, es una gran experiencia en lo personal y profesional, un gran orgullo acercar el sabor riojano”, dice Analía sobre su emprendimiento A´Chikán.

La emprendedora relata que analizan la harina todos los meses y que están esperando la certificación nacional para lograr el sello de libre de gluten toda vez que es un producto sin trigo, avena, cebada, o centeno. “Tiene más calorías que un alfajor a base de harina de trigo, pero revitaliza y es más sano”, cuenta.

Por: Jesús Allende

Fuente: La Nación

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